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Bérgamo es dos ciudades en una: la parte baja y la parte alta, la moderna y la antigua.

El centro histórico se extiende dentro de las murallas venecianas, declaradas Patrimonio de la UNESCO en julio de 2017 al formar parte de las fortificaciones de la República de Venecia. El poderoso recinto amurallado tiene una longitud de más de 5 km y desde 1588 protege las viviendas y los monumentos de Bérgamo Alta, muchos de los cuales de origen medieval.

En el corazón de la parte alta de la ciudad, se abre Piazza Vecchia, la plaza que representa el eje del centro histórico: aquí el arquitecto Le Corbusier dijo «No se puede tocar ni una piedra, sería un crimen».

En la plaza destacan la fuente Contarini y antiguos palacios: el Palazzo della Ragione con el campanario llamado Campanone, desde donde se disfruta de un panorama impresionante. En el lado contrario, el Palazzo Nuovo, que actualmente acoge la Biblioteca Angelo Mai, con sus valiosos fondos.

Detrás del Palazzo della Ragione se abre Piazza Duomo con la iglesia más querida por los vecinos: la Basilica di Santa Maria Maggiore es una joya de estilo románico-lombardo en cuyo interior barroco destacan las valiosas taraceas de Lorenzo Lotto.

Para llegar a la ciudad dentro de la muralla existe un medio de transporte realmente especial: el funicular. Una cabina que se desplaza por un cable une el centro de Bérgamo Baja con la Piazza del Mercato del Fieno de la parte alta de la ciudad cruzando el recinto amurallado. El funicular, construido en 1887, salva una pendiente máxima del 52 %.

Existe también un segundo funicular que llega aún más arriba: es el que conecta la Porta Sant’Alessandro, una de las 4 puertas abiertas en la muralla, con San Vigilio, la colina más alta de la ciudad. Aquí, además de restaurantes y locales donde es posible degustar las especialidades típicas y disfrutar de vistas maravillosas, se puede subir al punto más alto, hasta el castillo de San Vigilio, una imponente fortificación que permitía el control de todas las vías de acceso a la ciudad.

Para subir o bajar de la parte alta de la ciudad también se utilizan las antiguas escaleras: de piedra y cantos rodados, sólo peatonales, son perfectas para un paseo tranquilo y para descubrir rincones singulares.

Al bajar a Bérgamo Baja , la parte más moderna, se recorre Viale Vittorio Emanuele, una avenida arbolada y majestuosa que conduce hasta Porta Nuova, en el centro de la ciudad: aquí surgen edificios imponentes diseñados por el arquitecto Piacentini a principios del siglo XX, el Teatro Donizetti, establecimientos enogastronómicos, tiendas de las firmas de alta costura y talleres artesanales .

No puede faltar una visita a la Accademia Carrara , una de las principales pinacotecas italianas, integrada por legados de coleccionistas privados: desde hace más de doscientos años alberga valiosas obras de arte cuyo número en la actualidad es de 1.800. El visitante se ve cautivado por la belleza de las pinturas entre las que destacan obras de Moroni, Pisanello, Lotto, Botticelli, Tiziano, Palma il Vecchio, Canaletto, Hayez, Piccio, Baschenis.

Bérgamo es una ciudad con un gran interés cultural y cada año el calendario de eventos es muy amplio. Al gran compositor Donizetti que nació en esta ciudad están dedicados el Donizetti Opera y el Donizetti Night. Con motivo del Maestri del Paesaggio, los «maestros del paisaje» transforman el centro histórico con sus diseños verdes, Bergamo Scienza es el festival internacional dedicado a la ciencia que desde 2003 acoge a científicos y premios Nobel, mientras que Bergamo Film Meeting o Bergamo Jazz Festival animan la primavera, porque en cada estación se celebran grandes eventos.

A tan solo 5 km del centro de la ciudad se encuentra el aeropuerto internacional de Orio al Serio, que se ha convertido en el tercer centro italiano de distribución de tráfico de pasajeros, conectando Bérgamo con más de 120 destinos .

El territorio de Bérgamo es un microcosmos de oportunidades: además de la ciudad, hay lagos, ríos, montes y valles por descubrir y vivir.

El lago de Iseo es una joya rodeada de montes, a 30 km de la ciudad. Rodeado por un verde exuberante, entre arte, cultura y enogastronomía, es perfecto para dar una vuelta en barco hasta Montisola, la isla lacustre más grande de Europa o para descubrir Sarnico y Lovere, antiguas aldeas ideales para un paseo romántico.

El lago de Endine, el otro de la provincia, se encuentra en el corazón de Val Cavallina. A orillas del lago se erigen varias fortificaciones: del maravilloso castillo medieval de Monasterolo al de Bianzano, cuya historia misteriosa está relacionada con los Templarios.

En Valseriana un carril bici comienza en la parte baja bordeando el río Serio y llega hasta lo más alto del valle, a Valbondione, pasando por Clusone donde se puede contemplar un maravilloso reloj planetario que sigue funcionando perfectamente desde hace 5 siglos. El Monte Purito y el Poieto son metas para el senderismo, así como la Conca della Presolana, a los pies del macizo más alto de los Alpes Oróbicos.

En las cumbres de los Prealpes surgen numerosos refugios a los que se llega por recorridos espectaculares entre bosques y rocas. Merece la pena recordar el sendero de los Alpes Oróbicos: una ruta que se recorre a pie y permite hacer el periplo de este tramo de los Alpes conectando refugios y áreas de acampada. Realizado entre 1950 y 1975 por el Club Alpino Italiano, es una obra de gran relevancia naturalista.

En el Valle Imagna, el románico lombardo dejó su huella en la localidad de Almenno San Bartolomeo en la iglesia Rotonda di San Tomé, un templo con un pasado mítico, donde las leyendas de los Templarios se mezclaron con creencias paganas. Formando un anillo con San Tomé, surgen las iglesias ( también románicas ) de Madonna del Castello, San Giorgio y San Nicola.

La llanura del entorno de Bérgamo está salpicada de castillos medievales y algunos todavía conservan el foso de protección que los rodeaba: son ideales para un paseo en bicicleta.

Cabe destacar que entre los 53 patrimonios de la Unesco en Italia, 11 se encuentran en Lombardía (la región de Bérgamo) y 2 están en el territorio de esta provincia: las murallas venecianas, declaradas patrimonio de la Humanidad en 2017 como parte de las fortificaciones de la República de Venecia y la colonia de Crespi d’Adda, un ejemplo excepcional de colonia obrera del siglo XIX que se ha conservado intacta: en este ejemplo de arqueología industrial (una gran fábrica de propiedad de la familia Crespi) los obreros vivían y tenían a disposición todos los servicios que necesitaban, como colegio, teatro, iglesia, hospital, tiendas y baños públicos.

A poca distancia de Crespi, el parque natural del río Adda acoge el oasis de Alberone: un área protegida donde nidifican distintas especies de aves que se pueden observar, y donde es posible viajar a bordo del transbordador ideado por Leonardo da Vinci.

Bérgamo puede alardear de su prestigiosa tradición gastronómica y es conocida como la « capital de los quesos» ya que cuenta con 9 quesos con Denominación de Origen Protegida.

Entre la pasta rellena, es obligado degustar los casoncelli y los scarpinocc: los primeros a base de carne, los segundos con queso. Son incomparables una vez condimentados con queso Grana Padano, mantequilla y salvia.

El plato emblemático de Bérgamo es la polenta: tal cual o condimentada, no puede faltar en la comida dominical en familia, acompañada de guisos de carne, estofados de carne de burro o conejo al vino tinto. Existe también una versión dulce: mazapán cubierto de chocolate amargo.

En Bérgamo, incluso el agua es famosa: de la fuente de San Pellegrino mana un agua conocida en todo el mundo. ¿Y el vino? En Scanzorosciate existe la más pequeña Denominación de Origen Controlada y Garantizada (DOCG) de Italia: el Moscato di Scanzo es un vino perfecto para postres.

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